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Archivos mensuales: septiembre 2020

Los limones y aguacates de “San” Lázaro

29 martes Sep 2020

Posted by cubaclaroscuro in Sin categoría

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No puedo menos que mostrar mi alegría al leer en la prensa que el campesino Lázaro Fundora, desde su finca La Esperanza, en Madruga, provincia de Artemisa, Cuba, ya exporta limones y aguacates hacia España. No es por la perspectiva de que pronto pueda degustar esos productos aquí en Madrid. Para mí, al margen de cualquier chovinismo que pueda suponer decirlo, son de los mejores del mundo. Ya verán quienes lo consuman. Mi regocijo mayor es por creer que hechos como este apuntan a que  las reformas económicas que está impulsando el presidente Díaz-Canel, van en serio.

Los cubanos llevan años introduciendo modificaciones a su sistema económico para sobrevivir al asedio más largo que una gran potencia haya impuesto a otro país. Desde la llegada a la presidencia de Trump, los Estados Unidos no solo han revertido las medidas de acercamiento entre ambos países, sino que han endurecido todo el complejo sistema tejido por décadas contra la economía cubana. Salta a la vista que las actuales disposiciones están dirigidas, con precisión milimétrica, al núcleo principal que sostiene la economía de la Isla: el comercio exterior, las transacciones financieras internacionales, el abastecimiento de petróleo, el desarrollo del turismo y la exportación de servicios de salud. Lo más reciente ha sido la prohibición de que los norteamericanos que visiten Cuba, que por todo esto son cada vez menos, no podrán alojarse en casi ninguno de los hoteles de la Isla, por ciertos, los mejores coadministrados por empresas españolas, e incluso ni en casas particulares que rentaban al turismo. También se les prohíbe llevar de vuelta, de souvenir,  hasta una botella de ron o un puro, so pena de ser multados a su regreso.

Si a lo anterior le sumamos que desde hace décadas el sistema centralizado de la economía cubana evidenciaba una clamorosa ineficiencia, reconocida hasta por el propio Fidel Castro, y que ahora, como al resto del mundo, la pandemia ha impactado tan negativamente en su economía, el resultado de la mezcla de todos estos factores explica el panorama actual de desabastecimientos y colas interminables de la población para obtener los productos esenciales.

Ante esto,  Cuba no tiene otra alternativa que, de una vez por todas, poner en marcha las decisiones que permitan el desarrollo de todo el potencial creativo de las gentes, de los emprendedores y de todo el tejido empresarial del país. Aquí los ortodoxos que se empeñan en mantener un sistema económico que no ha resultado deberían ponerse de lado y permitir que las nuevas ideas, inspiradas en la práctica que ya ha funcionado en países como China y Vietnam, sean decididamente implantadas, sin renunciar a lo básico del sistema socialista en cuanto a políticas sociales, educativas y de servicios de salud.

Si la Isla abre su economía, la flexibiliza y da muestras convincentes de seguridad jurídica, va a encontrar suficientes socios externos para emprender un desarrollo sostenido. No se puede esperar para ello a cómo evolucionen los acontecimientos en Estados Unidos, al final, como siempre, en su turbulenta relación con ese país, Cuba será la fruta deseada no para cultivarla, sino para consumirla. Ya lo vio venir José Martí.

Termino esta reflexión con lo que empecé, con los aguacates y los limones de Lázaro, de su finca Esperanza del pueblo Madruga, juntando estos nombres propios pareciera una metáfora que pone a prueba el ateísmo de cualquiera. Pero no es un milagro.

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La Caridad de El Cobre y la Caridad de Illescas

08 martes Sep 2020

Posted by cubaclaroscuro in Sin categoría

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Allí estábamos, frente al altar que acoge a la Virgen de la Caridad del Cobre. Mi padre, sorprendido y solemne; mi madre, toda de blanco, sobrecogida, llorosa de emoción; y mi hermano y yo, cruzando miradas de adolescentes llenos de asombro. Era el gesto de agradecimiento prometido por la curación de una enfermedad de mi hermano.

Habíamos salido de Velasco, muy temprano, en un automóvil norteamericano del que no recuerdo la marca, pero que todavía pueden verse rodando en Cuba.   Fue un viaje de descubrimientos. Primero Holguín, una gran ciudad a principios de la década de los años sesenta del siglo pasado. Después, transitamos por la larga y estrecha Carretera Central que atraviesa ciudades y pueblos, como Cacocúm, Cauto Cristo, Bayamo, Santa Rita, Jiguaní, Baire, Contramaestre, Palma Soriano, hasta llegar a El Cobre.   

Era un placer para los sentidos contemplar una parte de los valles y llanuras del río Cauto, entre Holguín y Bayamo. Todo verde, frutales, campos de cañas de azúcar, arrozales, exuberantes concentraciones de palmas reales, infinidad de casas campesinas aisladas o en pequeños caseríos, rodeados de parcelas con plantaciones de maíz, yuca, plataneras y fincas con animales domésticos, sobre todo cerdos, gallinas, vacas y caballos. En Bayamo, se gira al Este y empieza un suave ascenso en paralelo a las estribaciones de la cordillera de la Sierra Maestra. Solo muy próximo al El Cobre es que las montañas son notables.

El santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, en Santiago de Cuba, es la Meca de los cubanos. Poco importa qué religión se profese, qué fe se tenga o se deje de tener, es lugar de referencia de la espiritualidad de los cubanos.

Mi madre había hecho la promesa de que si mi hermano superaba una gastroenteritis aguda que padecía, nos llevarían al Santuario, además de vestir, de por vida, toda de blanco. Era una práctica extendida en el entorno rural de la Cuba de la época, la manera más recurrente para afrontar la pobreza y el no acceso a servicio de salud de la gente humilde.

El origen de esta virgen tiene muchas historias, interpretaciones y leyendas, tal vez la más extendida es que el capitán de artillería de las tropas coloniales, Francisco Sánchez Moya, llevó una imagen de la Virgen a principios del siglo XVII y la ubicó en una ermita para intentar evangelizar y amansar a los esclavos negros traídos fundamentalmente de Angola para explotar las minas de cobre de la zona. No tuvo demasiado éxito porque durante todo el siglo XVII fueron notables las protestas y levantamientos de los esclavos hasta que, en 1801, la Corona española reconoció el derecho de los «cobreros» a la libertad y a la tierra, declarando la libertad de esos esclavos y sus descendientes, casi 80 años antes que se decretara formalmente la abolición de la esclavitud.

El imaginario popular es extraordinario y muchos dan credibilidad a lo narrado por Juan Moreno, negro esclavo, que declaró bajo juramento ante las autoridades religiosas de la Isla, según consta en los archivos de Indias de Sevilla, a la edad de ochenta y cinco años, que la aparición de la Virgen se produjo en la Bahía de Nipe, al norte de extremo oriental de la Isla, flotando sobre una tabla.

Sea como fuere, la Virgen de la Caridad del Cobre, para los católicos y Ochún para las religiones afrocubanas, es parte sustancial de la cultura de la Isla y se celebra cada 8 de septiembre.

Curiosidades de la vida, nunca imaginé que casi seis décadas después de aquel viaje, de Velasco a El Cobre, en el Oriente cubano, escribiría estas notas desde un pueblo llamado igualmente Velasco (Torrejón de), a escasos kilómetros de Illescas, que tiene como patrona a la Virgen de la Caridad y es la cuna del capitán de artillería del ejercito colonial que presumiblemente llevó la imagen de la Patrona de Cuba.  

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